24 diciembre 2009

...22 AÑOS DESPUÉS


Cuando recibí la llamada de mi sobrina no me lo imaginaba, en un principio no lo recordaba, ni me sonaba el nombre, pero cuando me dijo “desde Javea” enseguida me subió un cosquilleo por el estomago y me acordé de aquella niña de 14 añitos tan tímida y siniestrilla que conocí allá por 1987.
En aquel tiempo yo rondaba los 20 y llevaba una vida un tanto alocada, típico de los 80 en Madrid. Eso y el largo tiempo transcurrido, hacen que apenas tenga recuerdos de aquellos días, tan solo las fotos me hacían recordar emociones y sensaciones, pero pocos detalles. El caso es que mi escaso recuerdo de aquello era muy grato.
Hasta dos años después, recuerdo haber estado escribiéndonos cartas mutuamente, incluso hice varias visitas a Javea, pero llegó un punto en que el la distancia y, porque no decirlo, terceras personas, obligaron a que todo cayera en el olvido y así se perdió el contacto y rompió aquella platónica relación. Yo, como siempre, me guardo lo mejor de las experiencias vividas y por eso la recuerdo con tanto cariño y tanto afecto como el que sentía en aquellos días.
Mi vida ha dado muchas vueltas, he conocido a mucha gente que va y viene, gente que ha pasado por mi vida de largo y otra gente que se ha quedado, toda esa gente forma parte de mi historia personal, pero Maite es de las que quedó. Se quedó guardada en un riconcito de mi corazón, olvidada y aletargada, pero ahí estaba hasta hoy.
Hoy, 22 años después, reaparece de una forma sorprendente. Me encontró por internet contactando con mi sobrina gracias a una de estas típicas páginas de red social, Tuenti. Fue entonces cuando recibí la llamada.
- Conoces a esta chica?
- No me acuerdo
- Es de Javea y me pide que te de su mail y su teléfono para que te pongas en contacto con ella, que hace mucho que te conoce y le gustaría saber que es de tu vida.
Entonces ya me acordé. Le puse un sms y a partir de ahí empezamos a contactar y quedamos para que viniera a Madrid a pasar unos días.
Nos reencontramos y estuvimos hablando largo y tendido y conociéndonos de nuevo otra vez. Para sorpresa mía, la sensación no había cambiado nada, todo aquel sentimiento resurgió como si no hubiera pasado a penas el tiempo, aunque la realidad era otra. Pero lo mejor, es que después de tanto tiempo hemos tenido la oportunidad de retomar aquello que quedó en el aire y revivir un momento significativo de aquella época, para mí.

Fotolog

14 diciembre 2009

PEDRO, EL GUAJIRO


…hacía tanto calor, que decidimos meternos a tomar un refresco en aquella especie de bar con patio. Unas mesas a la sombra de un porche y buenos músicos de jazz latino amenizando el momento, nos sugerían no pasar por alto el lugar, seguramente sería el mejor sitio para sentarse de todo TRINIDAD.

Recuerdo que me trajeron mi refresco de naranja, una lata medio fría marca Ciego Montero y con una pajita, o absorbente, como allí se dice. Cualquier cosa liquida con burbujas me hubiese entrado bien en esos momentos, pero cuanto echaba de menos una Coca-Cola Light en un vaso de tubo lleno de hielos y con su trozo de limón.

Exhaustos después de haber recorrido a pie gran parte de la ciudad, comentábamos tranquilos sobre el impresionante calor que estábamos padeciendo, mientras observábamos curiosamente al personaje que teníamos al lado.

Un auténtico guajiro alto y robusto, con esa tez morena curtida por el sol y el viento del campo. Vestía botas camperas y sombrero de paja y debajo de su gran bigote señoreaba un enorme puro cubano. No parecía tener los cerca de 80 años que decía que tenía.

Nos llamaba mucho la atención, pero a mi lo que me impresionaba realmente, era ese machete de más de medio metro que prendía de su cinturón. Que ganas tenía de cogerlo en mis manos.

Dos años antes intenté conseguir uno similar en ECUADOR y no me lo pude traer, pero en esta ocasión estaba decidido a llevarme uno, así que, animado por Nuria, que sabía de mi antojo, abordé al desconocido y sin referirme al calor ni esas cosas, para entablar conversación, directamente le pregunté:

- ¿Puedo coger su machete?

Con movimiento muy lento lo desenfundó y con tono amable, en voz muy baja, me dijo,

- claro que sí.

Me lo prestó y como pasa con todas las armas, aunque uno las odie, se te adhieren cómodamente a la mano e imaginas. Me dieron ganas de golpear sobre la mesa con él, pero me conformé con cortar un par de veces el aire, simulando esos guías de las expediciones africanas, cuando se abren camino por la selva espesa.

- Lo vendé?

Le pregunté tímidamente, a lo que me contestó, que no estaba en venta, peo que si quería otro que él tenía en su casa, si que me lo podría vender, porque ya no lo usaba.

En 5 minutos estábamos en su casa enseñándome el machete y conversando de las cosas del campo y de cómo le iba la vida por allí.

Durante la conversación, me comentó que tenía un libro que le habían mandado unos turistas españoles que hace tiempo estuvieron por allí y que le reconocieron por dicho libro. Sacó de un cajón de su habitación, una bolsa de plástico en la que envolvía el libro en cuestión.

Que sorpresa me llevé, cuando estiró la mano y me pasó la "Guía de viajes Océano" con un primer plano de su rostro como foto de portada.

http://www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServlet?action=fichaLibro&id_libro=22587


Él comentaba, que aquellos turistas españoles le habían hablado de derechos de imagen y cosas que el no entendía, pero que, según ellos, por esa foto le tenían que haber pagado bastante dinero. Y cuanta razón tenían, pero él nunca vio ni un centavo.

Así que, después de un interesante rato hablando, nos fuimos de nuevo al bar.

Allí nos despedimos de él y tan sonriente se quedó con su puro en la boca y su sombrero de paja. Mientras nosotros nos alejábamos calle abajo bajo el sol abrasador y con otra cosa más para cargar en la mochila, el machete de Pedro.

08 diciembre 2009

Mis fotos

Aquí dejo algunas de las miles de fotos que tengo por ahí en mi ordenador para que las vea Ainhoa.

Ms. Kong

Montevideo

Nubes de carretera

Arabescas

Make up undeerground

Atardecer en Lima

Plantas

Novios

Playa de Oyambre

MAQUILLAJE (Autorretrato)

Heladero

Gitanilla

Perra voladora

Mujer en Isla Mujeres

Avispa en la cuerda floja

Banco en el parque

En la cama

Fuente de amor

Gato en el tejado